
Resumen
El estrés oxidativo es un fenómeno bioquímico y celular que se genera cuando existe un desbalance entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO) y la capacidad del organismo para neutralizarlas mediante sistemas antioxidantes.
Este desajuste puede ocasionar daño en macromoléculas celulares, como lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, lo cual está relacionado con el envejecimiento, el desarrollo de enfermedades crónicas y degenerativas, así como con procesos inflamatorios.
Este artículo aborda los mecanismos del estrés oxidativo, sus implicancias patológicas y su relación con diversas enfermedades, además de explorar estrategias para su prevención y tratamiento.
Introducción
El estrés oxidativo es un concepto que se refiere al daño celular causado por un exceso de especies reactivas de oxígeno (ERO) que sobrepasan la capacidad antioxidante del organismo.
Las ERO son moléculas altamente reactivas que contienen oxígeno, tales como los radicales libres (por ejemplo, el radical hidroxilo, *OH) y especies no radicales (como el peróxido de hidrógeno, H2O2).
En condiciones fisiológicas, las ERO son generadas en procesos metabólicos normales, como la respiración celular en las mitocondrias. Sin embargo, factores externos como la contaminación, la radiación, el tabaquismo, el alcoholismo y una dieta desequilibrada pueden aumentar la producción de estas especies, exacerbando el estrés oxidativo.
Mecanismos del estrés oxidativo
Las ERO son generadas principalmente a través de procesos como la cadena de transporte de electrones en las mitocondrias y por la activación de enzimas como la NADPH oxidasa y la xantina oxidasa.
Estas especies reactivas pueden atacar diversas biomoléculas celulares, lo que da lugar a la peroxidación lipídica, la modificación de proteínas, la oxidación de ácidos nucleicos y la alteración del equilibrio redox intracelular.

Estos eventos pueden desencadenar una cascada de señales que resultan en la apoptosis, la necrosis o el daño genético.
La peroxidación lipídica es uno de los mecanismos clave mediante los cuales las ERO causan daño celular. La oxidación de los ácidos grasos insaturados en las membranas celulares forma productos tóxicos como los aldehídos (por ejemplo, el 4-hidroxinonenal), que, a su vez, pueden modificar proteínas y ácidos nucleicos, interfiriendo con su estructura y función.
Consecuencias del estrés oxidativo
El daño ocasionado por el estrés oxidativo se asocia con una amplia gama de condiciones patológicas. Entre ellas destacan:

- Enfermedades cardiovasculares. El daño oxidativo en las paredes de los vasos sanguíneos contribuye a la disfunción endotelial, la formación de placas ateroscleróticas y la hipertensión.
- Enfermedades neurodegenerativas. El estrés oxidativo juega un papel crucial en enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis múltiple, en las cuales la acumulación de ERO daña las neuronas y contribuye a su degeneración.
- Cáncer. La alteración de las bases del ADN por las ERO puede inducir mutaciones y la activación de oncogenes, lo que incrementa la probabilidad de que se desarrollen tumores malignos.
- Enfermedades metabólicas. La diabetes tipo 2 y la obesidad están estrechamente relacionadas con un exceso de estrés oxidativo, que afecta a las células beta pancreáticas y al metabolismo de la glucosa.
- Enfermedades respiratorias. El estrés oxidativo también está implicado en enfermedades pulmonares como el asma y la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), donde la inflamación y el daño celular son exacerbados por el exceso de ERO.
Mecanismos de defensa antioxidante
El organismo posee varios mecanismos antioxidantes para neutralizar las ERO y minimizar el daño celular. Estos incluyen enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD), la catalasa (CAT) y la glutatión peroxidasa (GPx), que descomponen las especies reactivas de oxígeno, y moléculas antioxidantes no enzimáticas, como el glutatión, la vitamina E y la vitamina C.
Estos sistemas de defensa actúan en conjunto para mantener el equilibrio redox dentro de las células y tejidos.
Estrategias terapéuticas

Dada la implicación del estrés oxidativo en diversas enfermedades, se han investigado varias estrategias terapéuticas para mitigar sus efectos. Algunas de las principales, incluyen:
- Suplementación antioxidante. El uso de suplementos como la vitamina C, vitamina E, y polifenoles derivados de plantas, como los flavonoides y los carotenoides, ha mostrado resultados prometedores en la reducción del daño oxidativo.
- Modulación de la dieta. Dietas ricas en alimentos con propiedades antioxidantes, como frutas, verduras, frutos secos y pescados ricos en ácidos grasos omega-3, pueden mejorar la capacidad antioxidante del cuerpo.
- Enzimas terapéuticas. La administración de enzimas antioxidantes, como la SOD y la catalasa, ha sido explorada como una posible intervención para reducir el estrés oxidativo en diversas patologías.
- Intervenciones farmacológicas. Fármacos que modulan las rutas redox y los sistemas de defensa antioxidante están siendo investigados, con algunos resultados preliminares favorables en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.
Conclusión


El estrés oxidativo es un factor central en el envejecimiento y en el desarrollo de múltiples enfermedades crónicas y degenerativas.
Aunque el cuerpo humano cuenta con mecanismos antioxidantes para contrarrestar este fenómeno, su capacidad puede verse sobrepasada por diversos factores.
Las estrategias para mitigar el estrés oxidativo incluyen el uso de antioxidantes exógenos, la modificación de hábitos alimenticios y la intervención farmacológica.
No obstante, se requiere más investigación para comprender completamente los mecanismos subyacentes y las posibles terapias eficaces para prevenir y tratar los efectos del estrés oxidativo en la salud humana.
Referencias:
Halliwell B., Gutteridge J. M. (2015). Free Radicals in Biology and Medicine. 5th Edition. Oxford University Press.
Finkel T., Holbrook N. J. (2000). Oxidants, oxidative stress and the biology of ageing. Nature, 408(6809), 239-247.
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