
Introducción
La nutrigenómica es una disciplina emergente que se centra en el estudio de la interacción entre los nutrientes y los genes.
A través de esta ciencia, se investiga cómo los componentes de la dieta pueden influir en la expresión génica, la función celular y el metabolismo, y cómo estas interacciones pueden modificar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas o agudas.
La nutrigenómica ofrece la posibilidad de personalizar las recomendaciones dietéticas basadas en el perfil genético individual, lo que podría mejorar la prevención y el tratamiento de diversas patologías.
Fundamentos científicos
La base de la nutrigenómica se encuentra en el principio de que los nutrientes pueden modificar la expresión de los genes sin alterar la secuencia genética subyacente.
Esto ocurre a través de mecanismos epigenéticos, tales como la metilación del ADN, la modificación de histonas y la regulación de ARN no codificante.
Estos mecanismos pueden afectar la transcripción de los genes, su actividad y su posterior traducción, lo que a su vez puede influir en la fisiología y el metabolismo del individuo.
Los nutrientes involucrados en estos procesos incluyen vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas, antioxidantes y fitoquímicos presentes en alimentos de origen vegetal, entre otros.
La interacción entre la dieta y la expresión genética varía de persona a persona, lo que subraya la importancia de la variabilidad genética en la respuesta a los nutrientes.
Mecanismos de acción

– Metilación del ADN. La metilación es una modificación epigenética que puede activar o silenciar ciertos genes. Nutrientes como el ácido fólico, las vitaminas B6 y B12, y la colina son conocidos por su capacidad para influir en los patrones de metilación del ADN, lo que puede tener un impacto en la salud cardiovascular, el riesgo de cáncer y otras condiciones crónicas.
– Modificación de histonas. Las histonas son proteínas que ayudan a empaquetar el ADN en el núcleo celular. Los nutrientes pueden alterar la modificación de histonas, afectando la estructura cromatínica y, por ende, la accesibilidad del ADN para la transcripción. Algunos compuestos como los polifenoles (presentes en alimentos como el té verde, frutas y vegetales) pueden modificar estas proteínas, afectando la expresión génica.
– MicroARN (miARN). Los microARN son pequeñas secuencias de ARN que regulan la expresión génica a nivel post-transcripcional. Se ha encontrado que ciertos alimentos, como los ácidos grasos omega-3, pueden influir en la actividad de los miARN, lo que puede afectar la inflamación, la apoptosis (muerte celular programada) y el metabolismo lipídico.
– Factores transcripcionales. Los nutrientes también pueden interactuar con factores transcripcionales, que son proteínas que regulan la transcripción del ADN a ARN. Un ejemplo es la vitamina D, que se une a su receptor y activa la expresión de genes involucrados en el metabolismo del calcio y la regulación inmune.
Aplicaciones clínicas


– Prevención y manejo de enfermedades crónicas. La nutrigenómica puede ayudar a prevenir o manejar enfermedades como la diabetes tipo 2, la obesidad, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Por ejemplo, la identificación de variaciones genéticas que afectan la respuesta a los ácidos grasos omega-3 podría llevar a una recomendación dietética personalizada para reducir el riesgo cardiovascular en individuos con ciertas variantes genéticas.
– Alergias y sensibilidades alimentarias. La nutrigenómica puede ser útil en el diagnóstico y manejo de alergias alimentarias y sensibilidades. La identificación de polimorfismos en genes relacionados con la función del sistema inmunológico puede guiar en la formulación de dietas para pacientes con predisposición genética a desarrollar alergias o intolerancias a ciertos alimentos.
– Cáncer. Los factores dietéticos juegan un papel crucial en la modulación de los riesgos genéticos de cáncer. La nutrigenómica puede ayudar a identificar cómo ciertos nutrientes, como los antioxidantes, pueden influir en la expresión de genes involucrados en la carcinogénesis. Además, puede orientar sobre intervenciones dietéticas para la prevención secundaria en pacientes con antecedentes de cáncer.
– Enfermedades neurodegenerativas. La nutrigenómica también ofrece un potencial significativo para entender y tratar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. La interacción entre los nutrientes y los genes que regulan la función neuronal, la inflamación y el estrés oxidativo es un área de gran interés en la investigación biomédica.
Implicaciones prácticas para el médico

– Personalización de la dieta. Utilizando tecnologías como los análisis genéticos y los biomarcadores nutricionales, los médicos pueden ofrecer recomendaciones dietéticas más personalizadas basadas en el perfil genético de sus pacientes. Esto puede optimizar los resultados de salud y permitir un enfoque más preciso y efectivo en la prevención y tratamiento de enfermedades.
– Asesoramiento nutricional genéticamente informado. Los médicos deben estar preparados para interpretar los resultados de los test genéticos relacionados con la nutrigenómica y asesorar a los pacientes sobre los cambios en su dieta y estilo de vida. La integración de la nutrigenómica en la práctica clínica podría mejorar la adherencia al tratamiento y el control de enfermedades crónicas.
– Educación del paciente. Es esencial que los médicos eduquen a sus pacientes sobre la importancia de la nutrición en el contexto de la genética. Al informar a los pacientes sobre cómo ciertos nutrientes pueden influir en su salud y predisposición genética, se fomenta un enfoque proactivo hacia la salud y el bienestar.
Conclusiones

La nutrigenómica está emergiendo como una disciplina clave en la medicina de precisión. La capacidad de personalizar las recomendaciones dietéticas según el perfil genético individual promete revolucionar el enfoque de la prevención y tratamiento de muchas enfermedades.
Sin embargo, aún queda mucho por explorar en cuanto a la complejidad de las interacciones entre genes y nutrientes.
Los médicos deben estar preparados para integrar este conocimiento en su práctica clínica y colaborar con otros profesionales de la salud, como nutricionistas y genetistas, para ofrecer un enfoque integral en el manejo de la salud de sus pacientes.
Referencias:
Fenech, M., et al. (2011). “The Role of Nutrigenomics in the Prevention of Chronic Diseases.” Nutrition Reviews, 69(10), 629-644.
García-Esteban, R., et al. (2015). “Nutrigenomics and Nutrigenetics in Cardiovascular Disease.” Journal of Nutritional Biochemistry, 26(10), 1039-1049.
Ordovás, J. M., & Smith, C. E. (2010). “Nutrigenetics and Human Health: The Next Frontier.” The American Journal of Clinical Nutrition, 91(5), 1285-1286.
Este informe sobre nutrigenómica está diseñado para proporcionar a los profesionales médicos una comprensión más profunda de los conceptos clave de esta disciplina, así como de su aplicación clínica.