
Definición
Los biomarcadores inflamatorios son sustancias biológicas que indican la presencia y/o la intensidad de un proceso inflamatorio en el organismo. Estos biomarcadores pueden ser de naturaleza proteica, genómica, metabólica o celular, y se encuentran presentes en fluidos biológicos como sangre, orina, líquido cerebroespinal, entre otros.
La inflamación, como respuesta fisiológica del cuerpo ante agresiones, infecciones o lesiones, implica una serie de cambios bioquímicos y moleculares que se pueden detectar y medir mediante el uso de biomarcadores específicos.

Clasificación de los biomarcadores inflamatorios
- Citoquinas. Son proteínas pequeñas que facilitan la comunicación entre células en el proceso inflamatorio. Ejemplos incluyen la interleucina-6 (IL-6), el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina-1 (IL-1). Estas citoquinas se producen en respuesta a la estimulación por patógenos, toxinas o células dañadas.
- Proteínas de fase aguda. Estas proteínas aumentan su concentración en la sangre durante procesos inflamatorios. La proteína C reactiva (PCR) es uno de los biomarcadores más comunes de la fase aguda, y su elevación refleja un aumento de la inflamación sistémica.
- Quimiocinas. Son pequeñas proteínas que dirigen el movimiento de las células inmunitarias hacia sitios de inflamación o infección. Un ejemplo clave es la interleucina-8 (IL-8).
- Leucocitos y subpoblaciones de leucocitos. El recuento total de leucocitos, así como los recuentos específicos de subpoblaciones, como los neutrófilos, linfocitos, monocitos y eosinófilos, son indicadores útiles de inflamación.
- Ácidos grasos de cadena corta (AGCC). En algunos tipos de inflamación crónica, como la enfermedad inflamatoria intestinal, los niveles de estos biomarcadores pueden aumentar.
- MicroARNs y otros biomarcadores genómicos. El análisis de pequeñas moléculas de ARN, como los microARNs, también ha emergido como un área prometedora en la detección de la inflamación a nivel molecular.
Mecanismo de acción y producción

La inflamación puede ser desencadenada por diversos estímulos, como infecciones, lesiones tisulares, trastornos autoinmunitarios o enfermedades metabólicas. Durante este proceso, las células del sistema inmunológico, como los macrófagos, mastocitos y neutrófilos, liberan señales inflamatorias en el organismo, las cuales activan la producción de biomarcadores inflamatorios.
Los biomarcadores inflamatorios no solo reflejan la activación del sistema inmune, sino que también pueden influir en la intensidad y la resolución de la inflamación. De hecho, algunos participan activamente en la regulación de la inflamación, promoviendo la reparación tisular o, en ciertos casos, contribuyendo a la cronicidad de la inflamación, lo cual puede llevar a una serie de enfermedades crónicas.
Utilidad de los biomarcadores inflamatorios

Diagnóstico de enfermedades inflamatorias. Los biomarcadores inflamatorios son herramientas clave en el diagnóstico y la caracterización de enfermedades inflamatorias agudas y crónicas, tales como:
- Enfermedades autoinmunitarias: artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple.
- Enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis.
- Enfermedades respiratorias: enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC o asma.
- Enfermedades metabólicas: diabetes tipo 2 u obesidad.
- Trastornos neurológicos: esclerosis múltiple o enfermedades neurodegenerativas.
Monitoreo de la actividad inflamatoria. La medición de biomarcadores inflamatorios permite el seguimiento de la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. Esto es especialmente relevante en enfermedades crónicas, donde la inflamación subyacente puede ser persistente y difícil de manejar sin una medición precisa.
Pronóstico y predicción. Algunos biomarcadores inflamatorios pueden tener un valor predictivo, ayudando a estimar el curso de la enfermedad o la probabilidad de recurrencia o exacerbaciones. Por ejemplo, niveles elevados de PCR o TNF-α pueden predecir un mayor riesgo de complicaciones en enfermedades cardiovasculares o metabólicas.
Evaluación de la respuesta terapéutica. El monitoreo de biomarcadores inflamatorios también se utiliza para evaluar la efectividad de los tratamientos antiinflamatorios. Medicamentos como los corticoides, inhibidores de TNF-α o fármacos biológicos pueden reducir los niveles de estos biomarcadores, lo que indica una respuesta favorable al tratamiento.
Identificación de nuevas terapias. La identificación de biomarcadores inflamatorios ha abierto nuevas puertas en el desarrollo de terapias dirigidas. La investigación sobre biomarcadores específicos puede llevar al diseño de tratamientos más personalizados y eficaces.

Conclusión
Los biomarcadores inflamatorios son fundamentales tanto para la comprensión de los procesos inflamatorios en diversas patologías como para el manejo clínico de estas condiciones.

Su capacidad para detectar, monitorizar y predecir la actividad inflamatoria convierte a estos marcadores en herramientas valiosas para el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias.
La investigación continua en este campo permitirá afinar su aplicación y mejorar las estrategias terapéuticas en medicina personalizada.